Qué mejor manera de empezar (y terminar) el año del blog que con una autocita. En el momento en el que escribí eso en el artículo anterior, supe que merecía una explicación. Pensaba hacerla en unos días, pero mira por dónde ha pasado todo un año. Tempus fugit.
Pero en definitiva, sí, también estás siendo parte de esa revolución. Probablemente una parte bastante activa en muchos momentos de tu vida:
- Cuando creaste una cuenta gratuita de correo electrónico.
- Cuando te pasaste al smartphone y descargaste esa aplicación que tanto tiempo te ha demandado.
- Cuando subiste contenido en alguna red social, esperando gustar al algoritmo.
- Cuando tus fotos se empezaron a subir a un servicio gratuito de copia de seguridad.
- Cuando hiciste esa compra online.
- Cuando no dejaste de ir a ese sitio que puso cajeros automáticos (y no me refiero a los bancos).
- Cuando te refugiaste en la comodidad de una suscripción, olvidando otras formas de acceder a contenidos.
Podría continuar la lista, pero creo que se entiende la idea, y se nos acaba el año.
Quizás, como algunas personas dicen, simplemente has contribuido a la progresiva destrucción de empleo que nunca debería haber existido en primer término. O quizás no.
El caso, es que se están notando en el ambiente, en el horizonte, ciertos tintes que podríamos considerar nuevo ludismo en la sociedad. Probablemente alimentado por cierto miedo de fondo, en el que las máquinas se queden con nuestro trabajo. Considero el enfoque, desde distintos puntos de vista, bastante equivocado. Porque realmente lo que nos gustaría, parafraseando a Juan Carlos Aragón, es que el mes de vacaciones sea cada mes y que el fin de la semana ocupe toda la semana. Porque cuando decimos que no queremos perder un empleo, lo que de verdad no queremos perder es el sueldo. Es un problema social y no tecnológico. Y quien no piense así, se lo tiene que hacer mirar. Pero que contrate a alguien de verdad y no use ChatGPT como terapeuta.
Así que mucha suerte John Connor. Si sabes contar, no cuentes conmigo. No me veréis en esa guerra. Aquí mi rendición. Total, si casi a ningún ser humano le interesa lo que escribo. Quizás con los LLMs tenga más suerte.
No sé qué pasará. Nadie lo sabe. Pero tengo la intuición de que al ser humano se le acerca el mayor golpe al ego que jamás ha recibido. Mayor que el de darse cuenta de que el sol no giraba a su alrededor. Mayor que dejar de situarse como centro del universo. Y eso, en la era del ego en la que vivimos (para muestra, este blog), veremos cómo sienta. Veremos cómo lo encajamos.
Quizás en el futuro podamos dedicarnos a vivir. No vivir para trabajar, ni trabajar para vivir. Solo vivir, mientras nos realizamos como persona. Y eso tiene tantos significados como seres humanos hay en el mundo.
De lo que no parece que quieran que nos demos cuenta es que para que una máquina te sustituya, un ser humano ha tenido que tomar previamente esa decisión. Es mejor señalar como enemigo al robot, mientras que la batalla real será la misma de siempre: la lucha social. Quizás en esa trinchera sí que nos podamos encontrar.
Feliz año 2026.
PD: El texto ha sido generado íntegramente por una inteligencia biológica, aunque cortita. De la imagen que lo acompaña no se puede decir lo mismo. Generada, por cierto, en el mes de abril (pre-nanobanana), que tenía mucho más mérito.