Transformación Digital Mínima

La transformación con sentido

Sin lugar a dudas, la Transformación Digital es uno de los conceptos que se han puesto más de moda durante este 2020. Quizás, porque la pandemia ha obligado a acelerar la conversión a digital de muchas empresas y autónomos. Quizás, porque el gobierno ha anunciado que invertirá mucha pasta a la causa. Quizás haya sido el sumatorio de un poquito de todo. Y ya era hora. Porque vamos tarde no, lo siguiente.

Pero la tecnología digital no ha llegado de un día para otro. Sin embargo, como país, hemos sido bastante reacios a aceptarla. El año pasado la administración no validaba un documento firmado digitalmente. Este año es lo recomendable, llegando incluso a ser la única vía válida en algunos casos. De 0 a 100. De nada a todo. Así no habrá transformación. Como mucho, una digitalización acelerada. Una digitalización que, seamos sinceros, aumentará exponencialmente la brecha digital generacional, dejando a un sector de la población prácticamente obsoleto.

Hay mucha gente a la que el concepto Transformación Digital les produce escalofríos. Y no les faltan motivos: Llevas toda tu vida haciendo las cosas de una determinada forma. Y de repente, a partir de mañana, absolutamente todo va a cambiar. Peligra tu forma de vida, peligra tu empleo, peligran los conocimientos que tienes hasta ahora sobre cómo hacer lo que haces. Apenas hemos dado pasos como país hacia una conversión digital en veinte años, pero ahora queremos que en cinco esté todo hecho. No importa a quienes nos llevemos por delante.

Las consultoras tecnológicas deben estar frotándose las manos. Tú suelta dinero y nosotros nos encargamos de hacer una transformación digital completa a tu negocio. Si luego cualquier mínimo problema provoca que la plantilla no sepa reaccionar a tiempo y se hundan tus ingresos… Bueno, mejor paga por adelantado.

Y sin embargo, no podemos seguir mirando para otro lado. No podemos obviar los avances tecnológicos. No debemos dormirnos más en los laureles. Pero hay formas y formas de hacer las cosas.

Por eso, propongo el concepto de Transformación Digital Mínima.

Necesitamos consultoras que no pretendan hacer una conversión total de un negocio de una semana para otra, dejando atrás a todos los que no se adapten rápidamente. Necesitamos consultoras que lleven las empresas del punto A al punto B haciendo múltiples paradas por el camino. Vamos a hacer una sola modificación en tu proceso de negocio, una Transformación Digital Mínima. Veremos cómo afecta a la productividad, cómo se solucionan los problemas más comunes, cómo se van adaptando los empleados, cómo se convencen de que la tecnología facilita su trabajo y no los sustituye, sino que los hace más imprescindibles.

No se trata de destruir todo el edificio y volver a empezar, se trata de reformarlo paso a paso, para evitar su desplome. Pero comencemos la obra ya.

Vayamos a por la siguiente Transformación Digital Mínima.